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Turismo sostenible en el desierto

by Rolando
Turismo sostenible

• El Geoparque de Granada cumple su segundo año como miembro de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco; y el desierto de Gorafe es uno de los puntos de mayor interés

• DistrictHive se vanagloria de formar parte de este territorio único y de que el turismo sea uno de los ejes esenciales del proyecto

• Déjate llevar por una experiencia única que sólo podrás disfrutar en esta zona y reserva en la web de districthive, Booking y Airbnb

Se cumplen dos años desde que gran parte del territorio norte de la provincia de Granada entrara a formar parte de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco. Un reconocimiento no menor, que pone de relieve áreas geográficas únicas en el mundo, en las que la importancia geológica se gestiona bajo un concepto holístico de protección, educación y desarrollo sostenible.

DistrictHive en el desierto de Gorafe, en Granada. Fotos Dani Guindo©


“Un Geoparque Mundial de la Unesco utiliza su patrimonio geológico, en conexión con todos los demás aspectos del patrimonio natural y cultural de la zona, para mejorar la concienciación y la comprensión de cuestiones claves, como el uso sostenible de los recursos naturales, la mitigación de los efectos del cambio climático y la reducción de los riesgos relacionados con los desastres naturales”, se explica desde el propio organismo. Y, con este telón de fondo, el proyecto del Geoparque de Granada en concreto, se vertebra sobre cuatro ejes principales: investigación, divulgación, educación y turismo.
Sobre este último punto, el turismo, cabe destacar que todos los territorios granadinos que conforman el Geoparque (de 4.722 kilómetros cuadrados, con más de 70 lugares de interés geológico) se han convertido en áreas turísticas de primer orden. Una de ellas es el Desierto de Los Coloraos en Gorafe; un bellísimo paraje que debe su nombre al color predominante de las formaciones geológicas de sus tierras arcillosas. Coronando este territorio, desde hace ahora casi un año, se levanta un proyecto turístico sostenible y autosuficiente que, de una forma vanguardista, ha nacido para cambiar la concepción que teníamos hasta el momento del turismo experiencial. Este proyecto, llamado DistrictHive, ha dado ya la vuelta al mundo y en su filosofía y concepción se reúnen las principales características del llamado turismo slow y turismo sostenible.

DistrictHive en el desierto de Gorafe, en Granada. Fotos Gonzalo Botet©

Turismo slow: qué es y en qué consiste

El arte de viajar despacio y disfrutando. Podría ser una buena manera de definir lo que ahora se conoce como turismo slow o turismo lento. Se trata, a fin de cuentas, de bajar el ritmo, de desconectar y de huir de destinos masificados para centrarnos en aquellos otros que nos ofrecen mucho más y en mejores condiciones para todos. Buscar la calidad y el respecto por el entorno, a la vez que disfrutamos de los pequeños detalles y de la cultura local. ¿Y qué implica hacer turismo slow?

Prestar más atención a la naturaleza, eligiéndola como destino o respetar al máximo el entorno del que nos rodeemos.
Hacer turismo local de calidad, fomentando el turismo cultural.
Probar e interesarse por la gastronomía local.
Disfrutar de las tradiciones de la zona. Fomentar el trabajo de los artesanos, fijarse en los procesos de elaboración, preservar el folclore…
Viajar y trasladarse de forma más sostenible, utilizando en la medida de lo posible transportes respetuosos con el medio ambiente.

DistrictHive en el desierto de Gorafe, en Granada. Fotos Gonzalo Botet©

Turismo sostenible en DistrictHive: sus señas de identidad

La sostenibilidad, por tanto, es el valor base del turismo slow y también lo ha de ser de aquellos destinos o alojamientos que pretendan abanderar esta nueva forma de viajar que pisa cada vez con más fuerza. En DistritcHive, el viajero podrá encontrar un alojamiento responsable que ha sido diseñado desde una perspectiva multidisciplinar y que se caracteriza por:

Ser el primer módulo 100% autosuficiente capaz de generar su propia agua a partir de la humedad del aire y su propia electricidad a partir de la energía solar que captan los paneles instalados en el techo.
Cuenta con su propia gestión de aguas negras transformando los residuos en cenizas. Las aguas grises se filtran mediante dos procesos de filtrado para que el agua sirva como agua de riego.
Se pone en valor la naturaleza accediendo a ella sin dejar huella. La incidencia en el territorio es nula ya que no se consume ningún recurso del lugar. Una vez retirado, la ubicación quedaría en el mismo estado en el que se encontraba.
Las nuevas tecnologías trabajan en pro de todo lo anterior. La automatización es fundamental para el desarrollo de este eco-hotel. De hecho, una App móvil controla todos los dispositivos.
El alojamiento está controlado por una Inteligencia Artificial, llamada “Hivemind”. Se ha construido un sistema propio y placa base que monitoriza todos los sistemas y el consumo de energía.

El Geoparque de Granada es uno de los 15 españoles que hay y forma parte de una red de 169 que existen repartidos entre 44 países del mundo.

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